Cenia Samaniego “Yeya”

CENIA SAMANIEGO “YEYA”
LA MODISTA DE CALLE ABAJO

Yeya nació en Las Tablas un 25 de junio de 1952. Su padre era chofer de los busitos que hacían el trayecto Las Tablas- Panamá, cuando los caminos eran de tierra y no existía el Puente de las Américas y se cruzaba en Ferry.

Desde muy pequeña se sintió atraída por el mundo de la costura. Yeya recuerda que a los 5 años ya hacía los vestidos de sus muñecas y con sus amigas jugaban a reinados en los que se ocupaba de todos los vestidos.

Como su madre no quería que fuese modista encaminó su vida profesional en los despachos. Comenzó laborando en la ciudad de Panamá, en Casinos Generales, en los que estuvo 10 años. Con 37 años decide regresar a su tierra natal Las Tablas, donde trabajó en la Corregiduría por 15 años.

Toda su familia es Calle Abajo Las Tablas, y comenzó a realizarles trabajos de modista en el año 1982 elaborando el vestido que lució SRM Marissela Barrios. Desde entonces hasta hoy en día, ha participado en todos los reinados de Calle Abajo, hoy Asociación de Punta Fogón Unido.

A SRM Luz Beatriz Spiegel Chiary, la elaboró casi todos los vestidos que ha utilizado en las principales citas como Festividades de Santa Librada, 3 de noviembre, carnavalito, año nuevo….y, en este carnaval 2017 la hizo el vestido de coronación y todos los de culecos.

También ha trabajado para otras tunas de la Región como San José, La Palma, Chitré o Pedasí. Por su devoción religiosa también ha vestido a la imagen de Santa Librada y este año 2016 a Santa Catalina de Alejandría, patrona de Pedasí.

Para Yeya coser es su pasión, su hobbie y su trabajo. La gustan los trajes completos para reinados, novias o quince años, no las cosas pequeñas, y aunque ha trabajado también para varones, le gusta más hacerlo para mujeres.

El proceso de elaboración de un vestido suele ser el mismo. La llevan el diseño del vestido que previamente ha elaborado un diseñador, la toma las medidas a la cliente y la hace el vestido. Finalmente la cliente se lo mide nuevamente para realizar todos los ajustes hasta que quede perfecto. Una vez entrega el trabajo, otro grupo de personas se encarga de decorarlo con adornos, piedras o plumas. Finalmente, un vestido de carnaval ya terminado con todos sus adornos suele rondar los 5.000 dólares.

A Yeya se la ve feliz en su casa de Santa Marta donde reside en la actualidad. Disfruta de la compañía de sus hijos y nietos que la visitan, lee novelas (su otro gran hobbie), y cose con la pasión de los que aman su trabajo.

Author: pedasi