LA PALMA, TUS TEJADOS DE ENCANTO NARRAN HISTORIAS Y REVIVEN LA TRADICIÓN

Reseña histórica en conmemoración de sus 113 años de Fundación.

Por: Arq. Eduardo José Díaz C.
Octubre 2020

Ubicado en el Distrito de Las Tablas, Provincia de Los Santos, República de Panamá, La Palma es un corregimiento con una superficie de 10,5 km², y en el año 2010 registró una población según censo nacional de 1.247 habitantes, población que ha ido en aumento con el pasar de los años.

El corregimiento de La Palma es una vistosa comunidad que se levanta a las faldas del cerro la Cruz, punto más alto del corregimiento. Cuenta la historia que sus orígenes provienen de un grupo de nativos que habitaban el Cuzco, zona geográfica que pertenece al Distrito de Pocrí. Debido a presiones de las autoridades los habitantes se trasladaron al sitio donde está ubicado hoy día nuestro corregimiento. Narran nuestros abuelos que donde se encuentra actualmente la iglesia existía una gran palma, con una sombra generosa que servía de refugio para el descanso de los trabajadores a la hora del almuerzo, siendo muy común escucharlos decir: vamos a la palma, dando así el umbral al nombre del pueblo de La Palma.

El caserío de nuestro corregimiento, con el pasar del tiempo, se fue desarrollando sobre las distintas alturas propias de la topografía del lugar, dando como resultado un villorrio de hermosas viviendas en su mayoría de quincha con prominentes y altos tejados. En el año 2002 se convirtió en el pueblo más pintoresco de la región, por su cantidad de casas de quincha y teja, así lo declaró la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). Al recorrer las calles de La Palma y observar la perfecta sincronía de sus viviendas ubicadas una al lado de la otra a ambos costados de la vía, nos permite disfrutar de la riqueza de su arquitectura popular, lo que la convierte en una muestra viviente de la riqueza cultural que posee este lugar.

Ubicados en sus prominentes relieves, conforman La Palma barrios como: Las Cañazas, Villa Elena, Bajo las Uvas, La Central, Loma larga, Taboga, Los Unidos, Pueblo Nuevo, Bella Vista y San Bernardo, llenos de historia que conceden el legado de un pueblo pujante y trabajador.

Desde sus orígenes La Palma de Las Tablas ha sido un pueblo de gente laboriosa. La historia registra como datos curiosos múltiples actividades comerciales que para la época brindaban el sustento a muchos trabajadores y contribuyeron al desarrollo de la comunidad.

Se conoce de la existencia de un alambique, donde los productores de caña de azúcar del pueblo y de regiones aledañas, llevaban el guarapo que era procesado hasta ser convertido en aguardiente. Es muy frecuente escuchar a nuestras abuelas con la expresión hueles a alambique haciendo referencia al olor a licor producido por este sitio.

Existía también en aquellos años la producción de teja artesanal. Se conoce de tres tejares muy productivos, pertenecientes a los señores Manuel Vergara, José María Melgar e Higinio Peña. Estos tejares se encontraban ubicados en terrenos próximos a las quebradas ya que para la elaboración de las tejas se requería del agua de esta. En época de producción se podrían llegar a obtener hasta 1000 tejas diarias lo que equivalía a un corte de teja, es por ello que La Palma cuenta con la gran cantidad de tejas que podemos observar en la cubierta de la gran mayoría de sus casas.

Así mismo se conoce la actividad de La Curtiembre, nos referimos al lugar donde era procesada la piel de vaca para su venta, este fue otro de los trabajos que generaron fuentes de ingreso para nuestros antepasados. Existieron dos sitios en el pueblo donde se practicaba esta técnica. Específicamente las curtiembres eran practicadas por los señores Chemito Moreno y Eugenio Batista, quienes curaban el cuero con cal para quitarle el pelo y luego era teñido con cáscara de mangle para lograr el típico tono rojizo, de esta manera se obtenía el cuero terminado que era utilizado para confeccionar cutarras, asientos, monturas y tambores entre otras.

En los inicios de nuestro poblado no existía acueducto, por lo cual era común observar como algunas mujeres de la comunidad se ganaban la vida buscando latas de agua en los distintos pozos, colocándose un rodete de tela sobre la cabeza y realizando la labor de transportar este vital líquido a quien lo necesitase. El precio de esta labor era de un real la lata de agua. Luego con el pasar del tiempo se instalaron algunos pozos artesanales de manija. (Se podía observar uno de estos en el barrio de Villa Elena).

Otros de los trabajos que a lo largo de la historia se realizaron en el pueblo de La Palma fue la producción de fuegos artificiales. Existió una pirotécnica de la familia Ballesteros ubicada en el barrio de Villa Elena, lastimosamente ésta explota en un aparatoso accidente donde se perdieron vidas humanas.

En la época de nuestros padres, cerca del Callejón de Liby se encontraba una fábrica de jabón de barra, perteneciente al Sr. Catalino Cedeño (Cañaro), donde jabones como: Aurora y Astral, los cuales eran producidos en este comercio. Luego en este mismo sitio existió una escuela de Alfarería donde algunos de los moradores de la comunidad pudieron experimentar este arte y aprender a confeccionar piezas de arcilla, los estudiantes eran instruidos por un maestro oriundo de La Arena de Chitré quien viajaba a impartir las clases. De igual forma recordamos el cine de Arturo Díaz ubicado en La Central del corregimiento donde proyectaban películas y servía de esparcimiento para los pobladores.

Es clásico escuchar entre nuestros familiares mencionar la famosa Chiva de Pellín ésta se utilizaba para transportar pasajeros y encomiendas hacia la Ciudad Capital: sacos de frutas, comida, animales y otros artículos eran enviados por este medio a las personas que habían emigrado hacia Panamá. De igual forma estacionada en El Terraplén, la chiva de Pellín esperaba las encomiendas que transportaba de Panamá hacia La Palma. En esta misma época existieron las chivas de los apodados Pichi, Jeco, Isidoro, y la chiva del Sr. José Mirín, la cual realizaba viajes de La Palma a Las Tablas por solo quince centésimos de dólar.

Podemos recordar además el famoso coche del apodado Tilingo, quien se dedicaba a botar la basura en el vertedero del pueblo, y es fácil encontrar en los álbumes de fotografías familiares, imágenes de niños de distintas edades arriba de este coche que sirvió además de trabajo para este señor, y como una diversión para muchos de nosotros en nuestra infancia, de igual forma la carreta del apodado Marañona quien también realizaba esta labor sirviendo de esta manera a la comunidad.

Es La Palma de Tablas la tierra de muchos orfebres que a través de distintas generaciones que se han desempeñado en el valioso arte de la orfebrería realizando la Joyería típica panameña, contribuyendo a la cultura de nuestro país.

Hablar de tesoro cultural, es hablar de las tradiciones que han sido conservadas celosamente en nuestro pueblo por nuestros antepasados, crecer con la creencia religiosa valorando la fé de un pueblo y ser parte de ese sentimiento que embarga a todos los palmeños, desde Semana Santa hasta llegar las fechas de la fiesta patronal, en honor a San Bernardo de Claraval, santo patrono de La Palma de Las Tablas, cuya primera imagen llegó a nuestro pueblo en 1938, gracias a  la señora Modesta Meléndez, quien lo trajo cumpliendo una promesa hecha al santo quien le curó de una enfermedad a su hijo. En agosto de cada año es frecuente que los palmeños participen de las novenas a San Bernardo, la misa patronal, la procesión y las famosas corridas de toros celebradas en la plaza, al igual que los distintos festivales bailables que se desarrollan en el marco de esta popular celebración.

Conmemoraciones como la fundación del corregimiento, dada en 1907 fecha en la cual el pueblo de La Palma es elevado a categoría de corregimiento, cumpliendo este año 2020, 113 años de fundación. Tradicionalmente los palmeños celebramos con mucho orgullo nuestro aniversario, con un gran desfile típico, muy sonado en la región, donde la reina de la fundación, los distintos barrios y grupos familiares participan con coches y carretas tiradas por bueyes, adornadas con motivos típicos, ranchos, escenas de la jornada de trabajo del agricultor y demás manifestaciones de la faena del campesino de nuestro pueblo, como lo son la corta de arroz, juntas de embarre, carreras de caballo, entre otras, mostrando de esta manera a las nuevas generaciones y a
los visitantes las representaciones más autóctonas de nuestra gente del campo.

Son otras manifestaciones culturales de nuestro pueblo los desfiles cívicos llevados a cabo los días 3 y 4 de noviembre en el marco de las efemérides patrias de nuestro país.

Sin dudarlo al llegar febrero, se desarrolla una de las expresiones culturales con mayor realce, Los Carnavales, tradición heredada por nuestros antepasados, de generación en generación. En estas fechas el pueblo de La Palma recibe miles de personas que nos visitan para disfrutar en familia de la picardía y rivalidad de las tunas de Calle Arriba y Calle Abajo y la alegría de sus reinas.

En sus inicios el carnaval se desarrolló al ritmo de caja y tambor. Fue la primera reina del carnaval la Sra. Lilia Díaz Meléndez por los años 1935, en Calle Abajo de La Palma. Conocidos como la fiesta del rey momo, el carnaval es una hermosa expresión cultural donde damas ataviadas con hermosas polleras y mazos de velas, eran cortejadas por sus enamorados. Perfumadas con pompeya se paseaban por las calles de La Palma junto a las mejores voces de cada tuna quienes lideraban estas agrupaciones y con sus salomas y melodiosas voces entonaban jocosas tonadas que animaban al público en el recorrido a pie hacia Calle Arriba y hacia Calle Abajo, finalizando con los clásicos festivales bailables en cada toldo. Con el pasar del tiempo la historia del carnaval fue evolucionando, con mojaderas, carros cisternas, murga, fastuosos disfraces y carros alegóricos que forman parte de las nuevas características del carnaval de La Palma reconocido a nivel nacional como uno de los más antiguos y tradicionales, famoso por sus grandes topones, generados debido a la disposición del recorrido de las tunas siendo habitual presenciar hasta 8 topones diarios donde se enfrentan ambas tunas ya sea en el parque central o en la plaza, junto a la vivacidad de sus reinas y tunantes, convirtiendo esta tradición en una de las más disfrutadas por los palmeños. Es el carnaval un legado familiar que sin lugar a duda representa la cultura del legendario pueblo de La Palma.

La Palma es una tierra de gente buena, humilde, trabajadora, tierra de campesinos y grandes profesionales. Muchos de nuestros coterráneos han emigrado a Ciudad Capital en busca de mejores condiciones de trabajo, sin embargo, el sentimiento embarga al regresar a La Palma, el disfrutar de sus calles, sus tradiciones y de todos esos recuerdos de infancia que nos hacen amar el lugar donde nacimos y crecimos.

Este año no podremos celebrar muchas de las tradiciones que nos identifican como palmeños, sin embargo, nos llenamos de emoción al cumplir 113 años de fundación, como un relicario de tradiciones, destacando el valor cultural y la esencia de nuestra gente, porque bajo las altivas palmas y los añosos tejados, con la protección de San Bernardo, podemos decir Somos de La Palma

Felicidades, La Palma en sus 113 Años de Fundación

Author: pedasi