TÍA IGUANA

TIA IGUANA
Por el Ingeniero Cecilio O. Cigarruista

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A pesar que la naturaleza no me dotó de facciones bellas, esto no ha sido un impedimento para que me persigas hasta en tus sueños. No comprendo cómo fue que descubriste que mi carne era sabrosa. Esto sigue siendo para mí una verdadera incógnita.

Soy tan callada y jamás he protestado por nada, pero has llegado a colmar mi paciencia y aprovecho esta oportunidad para manifestar mi indignación. En Azuero existíamos poblaciones considerables, que hasta cuentos surgieron de nosotras como aquél de las “huertas de los Burgos”, que amarraron un caballo en un bejuco, al regreso al buscarlo estaba trepado en uno de los árboles que crecían a la orilla del río La Villa. ¿Qué pasó? Que por equivocación el caballo fue amarrado al rabo de una colega.

A nosotras las iguanas nos agradaban los árboles que crecían en las riveras del río Santa María, La Villa y Parita, porque ello representaban nuestra fuente fundamental de alimentos. Somos verdaderas vegetarianas. La tala, quemas y por último los matamalezas son las causas fundamentales de la destrucción de nuestro hábitat. Después se dieron cuenta de nuestras poblaciones en El Valle de Tonosí y luego en Alanje, Provincia de Chiriquí, organizaban cacerías para capturarnos con la consigna de “Iguana vista, Iguana muerta”. Hoy día, estamos protegidas por Ley, pero no es suficiente; porque de una cosa sufres tú: como te gusta quebrantar la Ley. Con el pretexto aquel de hacer zoocreaderos, siempre nos capturan; condición ésta que no sé quién las decidió sin consultarnos. Te contaré algo más de mi forma de vida para ver si me llegas a comprender; yo tengo tanto derecho a la vida, como la tienes tú: ¡Aunque yo sea una simple iguana!

Los estudiosos me pusieron el nombre más fácil que te puedes imaginar Iguana iguana ¡Te lo dije! ¿Verdad que es fácil? Como comprenderás, la mayor parte de mi vida la paso en los árboles, sólo bajamos en condiciones muy especiales para desovar o tomar un poco de sol; mis árboles favoritos son: El Espavé, el Corotú, el Guachapalí y algunos guabos. De ellos comemos las hojas, las flores, brácteas y algunos frutos. Además, te diré que puedo alcanzar hasta 2 metros de largo incluyendo la cola. Mi señora puede poner entre 30 y 60 huevos al año y ello puede representar el 30% de su peso total. Para desovar utilizamos suelos arenosos a orillas de los ríos, donde estén expuestos al sol todo el día. Esto es importante porque el calor de la arena es suficiente para que los huevos eclosionen a unos 60 días aproximadamente. Los machos, marcan territorio y pueden tener varias hembras que disputan en largas contiendas. Nuestro apareamiento ocurre entre octubre y noviembre y el desove en enero o febrero y los nacimientos de marzo y abril. Para que coincidan con las primeras lluvias que garantizan brotes tiernos a nuestras crías. Nuestros hijos están dotados de instintos de supervivencia para adaptarse rápidamente y ser autosuficientes. Tenemos muchos enemigos, desde nosotras las adultas que son perseguidas por ti hermano hombre, los huevos que son apetecidos por culebras y mamíferos. Nuestros jóvenes, por el Tingo Tingo (Crotophaga sulcirostri), la Garza Bueyera (Bulbucus ibis). Monos y aves de rapiña. Todo esto, representa un grave peligro para nuestra existencia, pero es comprensible cuando existen animales carnívoros que dependen de nosotros para sobrevivir. Lo que no puedo concebir, es la persecución que tú me das, y como si fuera poco, la destrucción total de mí habitad.

Aún no alcanzo a comprender por qué lo haces; haces otras cosas que tampoco alcanzo a comprender, como por ejemplo: contaminas las aguas de los ríos, como si no fueras nunca a beberlas; contaminas el aire como si no fueras a respirar; usas vertederos de basuras que dañan ecosistemas, como si tú no necesitaras de ello; destruyes la naturaleza como si tú no fueras parte de ella. Lo que me haces pensar que tú serías capaz de dejarte llevar por tu fantasía, hacia tu propia aniquilación, y no sólo la tuya, sino de toda forma de vida sobre la faz de la tierra. Qué podía esperar yo de ti, si yo soy una simple Iguana y nada más.

Te invito para que establezcamos algunos principios básicos que garanticen el respeto mutuo y nuestra existencia.
1. Respeta la veda, que es una ley que tú formulaste, pero no cumples.
2. No tales árboles buscándole justificaciones que no son ciertas. Cuando lo hagas, hazlo por una necesidad impostergable y reemplaza al que talaste, así estarás garantizando un bosque para el futuro.
3. Respeta y conoce las áreas protegidas que tienes en el País, como son los refugios de vida silvestre, Parques Nacionales y otras áreas equiva1entes.
En cambio yo permitiré que me críes en semi-cautiverios para proporcionarte mi carne en caso que tuvieses hambre, si así fuera necesario.

MORALEJA: No creas que porque soy tan callada, no tengo deseos de vivir libremente.

Author: pedasi