Por Heráclides Amaya, recientemente la Sociedad Panameña de Autores y Compositores (SPAC) le rindió un merecido reconocimiento por su dilatada trayectoria y aporte a la cultura musical de Panamá
Fotografía por Chicho Villarreal
Simón Saavedra nació el 19 de septiembre de 1950, en Guararé. Allí, Artemio Córdoba, destacado violinista, fue su primer maestro musical a los ocho años. Desde entonces, ha compuesto más de 100 piezas musicales.
Se convirtió en uno de los pocos artistas de la música típica panameña que se ha dedicado por más de medio siglo a componer, cantar y ejecutar diferentes instrumentos del folclore nacional.
En la actualidad, ejecuta y enseña a ejecutar el violín, flauta, mejorana, bajo, bandurria, clarinete, acordeón, piano y guitarra.
Con la guitarra se dio a conocer en el ámbito nacional desde que comenzó a acompañar a Victorino Nano Córdoba; después lo haría con Eulogio Yoyito Vega y Simón “Ñato Monga” Sánchez.
Luego se unió a Alfredo Escudero, con quien permaneció más de 30 años y posteriormente fue miembro del conjunto Los Alegres de la Cumbia, de Edwin Martínez.
En los géneros de cumbia y atravesao tiene piezas que le han dado gran satisfacción, como son: Lágrimas de sufrimiento, Anays Soriano, Distancia y Playa Venao, esta última grabada por orquestas internacionales. Es autor también de otros tantos temas como: Si Blanca me quisiera, Mi consuelo, Serenata a Santa Librada, Las viudas del Girón, entre otras tantas.
Este año 2017, el día 20 de julio, en el marco de las fiestas de Santa Librada, y específicamente dentro del Concurso de Violines Clímaco Batista, la Fundación que lleva este mismo nombre, le rindió un merecido reconocimiento, que compartió con sus familiares y amigos.
