LA MOLIENDA DULCE TRADICIÓN DE NUESTRO INTERIOR

 

Por Alexs Gilberto Córdoba Jaén/ Cultura del Tambor

 

 

Es temprano en la mañana, el lucero vespertino da sus últimos destellos de coqueteo con la luna, el campesino labriego sabe que es hora de levantarse.

El humeante fogón ya le avisa que su desayuno  está listo mientras que el silencio es interrumpido por un mugido profundo que le anuncia que sus bueyes le esperan. Su carreta, como en pose pensativa, luce con su lanza cabizbaja debajo del vetusto y coposo árbol.

Todavía entre la penumbra y anunciándose la aurora, enyuga sus bueyes, sus incondicionales compañeros que sin preguntar nada aceptan su dirección hacia una jornada más de trabajo. Rodeado de luciérnagas se ve el cañal, esperando que el implacable machete defina el destino por lo cual fue sembrado. Una y otra vez el campesino blandirá su machete hacia el tallo de azucarado sabor hasta que por fin este completa su tarea.

Su mente ha viajado a lo que en el interior se conoce como: La molienda.

Algunas palabras relacionadas a la molienda son:

  • Una tarea: se refiere a una cantidad de caña cortada que debe dar aproximadamente de 50 a 55 galones de guarapo.
  • Una lata: corresponde a una medida de 5 galones de guarapo. Su nombre proviene del recipiente que antes se usaba para recolectar el guarapo el cual era confeccionado de latón y que originalmente se utilizaba en la industria para embazar aceite.
  • Cazo: especie de revolvedor que utilizar en su extremo superior un colador que ayuda a limpiar el guarapo de la cachaza.
  • Cachaza: es la sedimentación o basura propia de la caña que sale cuando el guarapo se hierve.
  • Guarapo: jugo de la caña.
  • Gala: cañizo que se utiliza para transportar la miel de la paila a la lata o cubo.
  • Bagazo: desperdicio del tallo de la caña.
  • Yunta: nombre como se conoce a la pareja de bueyes que unidos por el yugo sirve para jalar una carreta.

En un trabajo donde no existen sistemas de medida modernos, la pregunta es:

¿cómo hace el señor Miguel para saber si ha cortado lo suficiente? La respuesta nos la da mientras  mira de reojo a sus bueyes:

“mi medida es un volumen por arriba de la baranda de la carreta que dé a amarrar”. El cajón de su carreta es la medida exacta.

Tener este conocimiento es de vital importancia debido a que las pailas donde se cocina el guarapo para obtener la miel tienen medidas exactas. En el caso del señor Miguel, encontramos 3 pailas, las cuales pueden contener 41 latas de guarapo. Esto nos da una idea de lo extenuante que es este trabajo y aún más tomando en cuenta que el señor Miguel utiliza las tres pailas diariamente. El proceso de obtener miel a partir del guarapo puede durar entre 6 y 6 horas y media

Pero en la molienda no todo es trabajo, por tradición y como muestra de cariño hacia los visitantes, se suele echar a la paila plátanos maduros que al ser cocidos son un exquisito manjar.

Tal como un crisol derritiendo el oro, entre el humo se deja ver la dorada miel. Con el cazo en la mano, como si de un catador de excelente vino se tratara, el señor Miguel toma un poco de miel y la deja caer suavemente sobre la paila después de los cual exclama: “ya dio punto” indicando que la espesura de la miel es la adecuada para sacarla.

La faena termina poniendo la gala, un extremo sobre la paila y el otro sobre el recipiente que ha de contener la miel.

El alumno de Angelo Vergara y de Enrique Vergara, ha cumplido una vez más con la enseñanza que estos dos señores le dieran. Los  49 años de estar moliendo le hacen presentir que quizás él sea uno de los pocos que quedan en un mundo donde lo sintético y procesado pulula. Mirando a Capacho y Fulo, nombre con que bautizó a sus bueyes, dice con nostalgia: “ya se acabó el tiempo de selvar con el machete… tenemos que conservar la tradición”

Las siluetas de la campiña Guarareña se recalcan al llegar la penumbra y una vez más el cerro Centinela fue testigo de la tradición más dulce de nuestro interior: La Molienda.

 

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Author: pedasi